La Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España, ATRAE, se posiciona en contra de la posedición e insta a las grandes plataformas audiovisuales a que destierren estas prácticas y dejen de perjudicar a un sector ya demasiado precarizado
Recibimos con cierto asombro y estupefacción la noticia de que El juego del calamar, la serie que lleva semanas copando el primer puesto de obras más vistas en Netflix y sobre la que se han escrito cientos de artículos aludiendo a su calidad, se ha subtitulado con traducción automática poseditada.
Como traductores, no entendemos cómo se puede dejar no solo esta, sino cualquier obra, en manos de un algoritmo de traducción que produce resultados deficientes que, posteriormente, tiene que corregir un profesional por una tarifa irrisoria.
Evidentemente, esto supone un clavo más en la precarización del sector, que no solo tiene que sufrir a intermediarios que se quedan con porcentajes pantagruélicos de lo que pagan las distribuidoras, sino que ahora además delegan en una máquina el grueso del trabajo y después le pasa el (deficiente) resultado a un humano para que haga lo que el software no ha podido y por un precio considerablemente menor, claro.
Esta noticia nos llega al mismo tiempo que vemos que Netflix sube las cuotas a sus suscriptores, lo que hace más intolerable todavía que se haga semejante ahorro en la traducción de las obras, que deriva en un peor contenido para los clientes, a la vez que encima se maximizan los beneficios a costa de la calidad del contenido.
Desde ATRAE urgimos a las plataformas a que hablen con sus proveedores para que dejen de utilizar la traducción automática poseditada y que confíen en el talento humano de los traductores, que es grande, abundante y la única manera de que las producciones de Netflix (o de cualquier distribuidora) lleguen a los espectadores con la calidad que merecen. Lo contrario solo lleva a unos resultados deficientes que, inevitablemente, desembocarán en una pérdida de reputación, clientes y dinero para las distribuidoras, un servicio deficiente para los usuarios y una precarización aún mayor del sector. Pan (duro y reseco) para hoy, hambre para mañana.
A los clientes les animamos a que hagan saber su descontento con la calidad de la traducción de un contenido por el que pagan religiosamente cada mes, tanto de forma pública (en redes, etc.) como haciendo uso de la opción “Informar de un problema”, que se puede encontrar en la pestaña “Actividad de visionado” de su perfil de Netflix.
Atentamente,
la Junta de ATRAE